lunes, 13 de julio de 2009

DESDE EL ANDÉN, LA PARTIDA



Me llevan,
a lo lejos se escucha un silbato,
veo rostros cubriéndose
los ensueños de un día neblinoso,
frío, y voy aquí con ellos.

Susurros de voces desconocidas
de los seres humanos que amo tanto.
Veo una anciana cubriendo su cuerpo
con un abrigo que es tan largo como su vida.

Más allá, va un joven
y descubro que en sus manos
hojea un cuaderno,
va de viaje al porvenir de su vida.

Voy y quedan atrás las calles de mi ciudad,
un amigo que es como un sueño,
que clama que seamos realidad.

Va aclarando el día
y siento temor,
otra vez no sé dónde voy.

Extraño un café de madrugada,
me hace falta su mirada,
y aquí estoy luchando,
cultivando las paredes de su zaguán.

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