domingo, 8 de agosto de 2010

LABERINTO DE SENSACIONES


Suavemente entro en ti.
Mis pies cansados
me llevan sincronizando el alma;
llega el sosiego al fin a mi corazón
que palpita tan lejano de ti.
Ante tormenta y fuego,
ira y tonto ruido,
ni en sueños revelo nada.
Entregándome a lo incierto
fui feliz,
tanta paz para alcanzar la brisa
fueron eternas caricias.
¡Sí! Me entregué una vez más
a lo tenue
sintiéndome transportada
viendo mi alma refugiada
en donde me quiero quedar.
Siempre voy, surjo,
huyo, río, sueño,
y hoy, cuando siento por fin
un pedazo de libertad,
lamento volver a la realidad.

lunes, 13 de julio de 2009

ETERNAMENTE Y UN DÍA MÁS



Tengo un anhelo de tomar
el sol con mis manos
porque me has mirado
eternamente y un día más.

Tengo ansias
de traerme toda la luna a mi cuarto,
porque me has besado
eternamente y un día más.

Tengo prisa en un verano que cobijé,
y despojarme del orgullo
y de todo el mundo,
eternamente y un día más.

¡Sí!, vivo queriendo atrapar el sol,
mirando la luna presurosa,
primavera, cortando rosas y camelias
y a veces diciendo adiós,
eternamente y un día más.

Un simple verso
para los amores prohibidos.
El amor es el pedestal
de aquí a la eternidad y un día más.

¡Sí! Sólo eso quiero hacer: quererte tanto,
acariciar tus manos,
mirarte hasta encontrar tu boca
y perderme en noches eternas.
Así te quiero sin lamentos,
sólo sintiendo, amor,
sólo sintiendo
eternamente y un día más.

TELAR



Estoy sacando pedazos de un telar
que fui haciendo con mis manos,
una a una las hebras enfilando
como la vida pasiva, clara y llana.

No darme cuenta
que las uniones no fueron firmes,
y saltaron lejos las hebras
sucumbiendo una vida nueva, vacía,
plana y extraña.

Yo misma construí el telar
siendo tan minuciosa, no enhebré los nudos,
no até firme, no construí en roca firme.

El telar ya roto,
aunque he vuelto a enhebrar,
no logro que sea igual.

El telar se ha roto
y la vida esa de allá, no volverá.

HORIZONTE LASTIMADO



Se detiene el tiempo
las llanuras perfiladas
donde las manos acariciaban
libremente con los ojos cerrados
cada borde de ese horizonte
tan conocido, tan hurgado.

Un estruendo doloroso, tortuoso
cambió la silueta del valle más hermoso
que cultivaban sólo dos.

La soledad de ese paraje
ideal para sentir
como caen las últimas ramas
de esos álamos eternos
que fueron testigos de la sazón.

Uno de ellos aún en pie
rozaba al otro, lastimándolo
por primera vez.

Caer a lo más profundo del foso,
rebotar y quebrarse
extendiéndose en la tierra
todo su esplendor,
¡quizás si quede alguna rama
una semilla!,
he buscado y siendo tan minuciosa
no logro encontrar ni los leños secos,
tan altos, altivos, imponentes
y hoy nada.

El compañero que quedó en pie...
no logró salvar el valle,
ni el horizonte, ni la silueta...
Sorpresivamente su mirada
volteó hacia el mar, lo dejó de amar.

¡Tantos años juntos!...
mirando en otoño
a esos álamos desnudarse
de a dos;
en invierno unidos
y en primavera
bailando sus nacientes hojas
y fue este verano
que su compañera murió.

Hoy el horizonte es otro,
cambió el paisaje,
son nuevos los álamos
que cobijan otro sol,
aún así en el silencio de la noche
se escuchan lamentos
siendo testigo el mismo cielo.

SOL



Qué fue del sol
que acariciaba tu pelo,
cuando reías y mirabas
el cielo?

Qué fue de la luna
que reflejaba en su rostro
noches eternas?

Sol quemante,
te has ido como el otoño,
resecando las hojas,
cubriendo de amarillo todo el valle.

Luna traicionera,
has escondido tu luz,
te has ido del horizonte,
no existes en el cielo.

Sol, luna,
acallaron el universo pleno,
ni el día ni la noche
han estado tan cerca
y ¿hoy?
no quemas, no calmas,
no entibias, no cobijas,
te has ido mi sol.

Y la luna no se ve,
se esconde, se fatiga, se confunde,
también se ha ido tu luna, amor.

DíA SANTO



Sigilosa está mi alma,
los azahares florecen
y desde el cielo
las estrellas brillan,
se anuncian moviéndose,
jugueteando,
hasta todo el horizonte que se pierde
en la profundidad de lo infinito.

Firmamento claro,
luna radiante,
no hay laberinto.
La melodía de un riachuelo,
un pajarillo casi extinguido,
y los vaivenes de la casa
que es el hogar tuyo y mío.

Y viene el día,
sol quemante,
las nubes en el ser,
y los recuerdos palpitan,
son los sueños queriendo volver.

DESDE EL ANDÉN, LA PARTIDA



Me llevan,
a lo lejos se escucha un silbato,
veo rostros cubriéndose
los ensueños de un día neblinoso,
frío, y voy aquí con ellos.

Susurros de voces desconocidas
de los seres humanos que amo tanto.
Veo una anciana cubriendo su cuerpo
con un abrigo que es tan largo como su vida.

Más allá, va un joven
y descubro que en sus manos
hojea un cuaderno,
va de viaje al porvenir de su vida.

Voy y quedan atrás las calles de mi ciudad,
un amigo que es como un sueño,
que clama que seamos realidad.

Va aclarando el día
y siento temor,
otra vez no sé dónde voy.

Extraño un café de madrugada,
me hace falta su mirada,
y aquí estoy luchando,
cultivando las paredes de su zaguán.

DEJÁNDOTE



Los faroles de la noche
se van apagando a mi paso.
Un ruido lejano
me trae lo real,
unos niños quieren abrazarme,
soy su madre que los debe arropar.

Me has llevado por las letras,
me has canrado al oído,
me has presentado a Dios,
y te debo dejar.

Siempre vuelvo atrás, a mi vida,
al encuentro que me fatiga
como la vida misma,
como mil años
e tan diminuto tiempo,
con dolor, te debo dejar.

No quiero que me dejes de mirar.
No puedo resistir
que llegue el frío otoñal,
y no tenga un abrazo cálido,
sabiendo que ya no estarás más.

Mil veces te he querido dejar
y sólo una mirada
me hace claudicar,
estoy rendida,
estoy sumisa,
estoy viva.

Dejándote, respiro de a poco,
me estoy lamentando,
no te estoy olvidando,
te estoy amando,
aún así,
no lo sabes,
te voy dejando.

DE AMORES QUIERO DECIR



De amores quiero decir,
en soledad replica un rostro,
a veces dadivoso,
aún así reclamo por un encuentro
que se derrite en el aire
como la nieve que poco a poco
se diluye y se viene de la montaña,
que es la Naturaleza misma
que trae toda su pureza.

Y así, también en este tiempo
me fui sanando por dentro.
He estado con Dios,
santísimo, sagrado,
reunida con mis hermanos,
donde yace en la cruz
por la humanidad toda
el Hijo crucificado,
la vigilia expectante
tanta fe en tu altar.

Y me asombro por esta lealtad.
Los abrazos fueron a ellos,
a mis hermanos,
que volvieron como tú, Señor,
que estás vivo y nos das la mano
regalándonos la vida,
una pascua renacida...